Muchos matrimonios
actualmente están atravesando situaciones difíciles de resolver, algunos tan
terribles que definitivamente están rumbo a la separación o el divorcio.
Situaciones que en la mayoría de los casos pudieran resolverse si existiera una
comunicación efectiva que satisfaga las necesidades de ambos cónyuges de manera
parcial o total, una comunicación que reflejara lo que originalmente Dios había
establecido en un orden natural para el hombre y la mujer.
La vida conyugal
ofrece la oportunidad de abordar una gama importante de situaciones, las
cuales, cada una en sí requiere un conocimiento básico para la sana convivencia
en pareja. Cuando se establece el primer mandato:
“Por lo tanto dejará el hombre a
su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y serán una sola carne. Y estaban
ambos desnudos, Adán y su mujer, y no se avergonzaban”
Gen 2:24-25
Aspectos fundamentales que se deben abordar, hablando libremente
sin temores, negociar gustos y necesidades sin que haya vencedor y vencido, son
aspectos necesarios para una sana convivencia conyugal:
1. INDEPENDENCIA
MATERNO-PATERNA. Estableciendo de la independencia total de los padres y demás
familiares de ambos en todos los aspectos incluyendo el emocional, económico ó
físico.
2. SEXUALIDAD.
Cómo y cuándo, lo que gusta y lo que no, respetando principios y valores del
cónyuge.
3. EDUCACIÓN
DE LOS HIJOS. Relacionado a los criterios y reglas con que van a educar a los
hijos y la congruencia con que van a tener frente a ellos.
4. FINANZAS.
Abordando las cuestiones del dinero, los ingresos y los gastos, establecimiento
de prioridades sobre lo que se va a invertir y lo que se va a ahorrar, etc.
5. TRABAJO.
Estableciendo los criterios de cuándo y bajo qué condiciones y circunstancias
se deberá llevar el trabajo a casa.
6. RESPONSABILIDADES
EN EL HOGAR. Asignando de forma equitativa las diferentes actividades que deben
realizarse en casa para mantener el orden y la limpieza necesaria, sin que uno
u otro genere la sensación de estar siendo utilizado.
7. INTIMIDAD
EMOCIONAL. Considerando los tiempos que se deben dedicar ambos cónyuges uno al
otro para fomentar el conocimiento mutuo de los sentimientos y las emociones e
ir eliminando las pequeñas raíces de amargura y resentimiento que puedan surgir
en el trato diario.
8. ESPIRITUALIDAD.
Estableciendo este punto como la base donde se funda el matrimonio entendiendo
que somos cuerpo, alma y espíritu y que el matrimonio es la máxima expresión de
estos tres y girando alrededor de Dios.
Estos ocho aspectos en la vida matrimonial proporcionan el rumbo
que llevará la vida en pareja, por lo que ambos cónyuges deben participar en la
construcción de los criterios y acuerdos para que ambos puedan encontrar la
plenitud de la vida en pareja y que cuando surjan esas circunstancias adversas
que cimbren esa relación marital, esta pueda soportar, sin fracturarse,
cualquier embate y que todos los miembros de la familia cierren filas
comportándose como una unidad que sabe cómo responder ante las crisis de la
vida.
Para ello los
matrimonios que accedan al presente programa deberán abordar de forma
programada cada uno de las ocho áreas mencionadas líneas arriba, considerando
la información presentada en para cada rubro y de esa manera ir aprendiendo los
conceptos que deberán aplicar en su vida cotidiana para crear un estilo de vida
conyugal firme que sea lo suficientemente estable para cuando vengan las
crisis.